INGREDIENTES :
- 200 gr. harina
- 1 cdita. levadura química
- 1 pizca de sal
- 75 gr. azúcar + para decorar
- 2 huevos
- 235 gr. leche entera
- 100 gr. manzana
- 2 cdas. de vino dulce, tipo Moscatel
- Aceite suave para freír
PREPARACIÓN :
Separamos las claras de las yemas de los huevos y reservamos
ambas. Mezclamos en un bol las yemas con el azúcar y batimos bien hasta
que espume. Añadimos el vino dulce, la harina, la levadura, la pizca de
sal y la leche. Mezclamos bien hasta que se hayan integrado todos los
ingredientes.
Pelamos las manzanas y la cortamos en cuadraditos
pequeños. Añadimos la manzana al bol y mezclamos bien. Montamos las
claras a punto de nieve y las incorporamos al
resto de ingredientes. Con una espátula mezclamos bien y con movimientos
suaves para que no se baje la mezcla. Dejamos reposar la mezcla 20
minutos.
En una sartén profunda calentamos abundante aceite neutro (de girasol o
de oliva suave) para que no le aporte más sabor a la masa. Cuando el aceite esté caliente y con la ayuda de dos cucharas
incorporamos pequeñas porciones de masa a la sartén.
La dificultad de este postre está en la temperatura del aceite, ya que
si está poco caliente la masa cae al fondo y debe flotar, pero si está
demasiado caliente se forma una envoltura seca alrededor del buñuelo que
impide que crezca. Además si el aceite está muy caliente, se nos
dorarán muy rápidamente y quedarán crudos por dentro.
Freímos las porciones de masa durante 1 o 2 minutos por cada lado y las
retiramos, con una espumadera a una bandeja con papel de cocina para
retirar el exceso de aceite. Cuando se hayan templado las pasamos a un
plato con azúcar, los rebozamos en él y los vamos colocando en una
fuente definitiva.
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